EL ARTE DE CAMBIARLE LA VIDA A LOS DEMÁS
- DEW ARIZA
- 24 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 jul 2024
El arte de los pequeños detalles es un talento que se entrena. La mayoría de seres que habitan este planeta piensan que cada uno nacemos predispuestos a ser de determinada manera: a ser romántico o no, a ser cariñoso, arisco, borde, amable, a ser detallista... Mi opinión es completamente diferente. Cada una de estas cualidades son cualidades que en su mayoría aprendemos y adquirimos y, por supuesto, entrenamos. Hoy os hablaré de una de ellas: el arte de cambiarle la vida a los demás (o ser detallista).

Yo lo fui aprendiendo desde que tengo uso de razón. Hacer sentir especial a los demás es algo que siempre me ha hecho feliz. Nunca desde la obligación, desde bien chiquita aprendí que un pequeño detalle puede cambiarte el día, y que es muy fácil hacer feliz a los demás.
Los gestos los he ido cambiando con el paso del tiempo y, en una época en la que lo tengo bastante en pausa (debido a mi desencanto temporal con este planeta), creo que es buen momento de parar y retomar una de las cosas que más feliz me han hecho siempre.

Os doy las claves para ser la persona detallista que te gustaría tener en un mal día:
Notas. Sólo necesitarás papel y boli. Pequeñas notas en casa, a tus amigos, a familiares,... Por ejemplo, antes de irte de visitar a tus padres, o si estabas visitando a un amigo que vive lejos, puedes dejar una nota en la nevera en muestra de agradecimiento. Con una simple frase, un buenos días… bastará.
Gestos pasivos. Con esto haces que alguien en un día malo, de bajón, en el que no es capaz de hacer nada, le ayudes mucho más de lo que uno piensa. Por ejemplo, dejar café hecho por la mañana y poner una nota: tienes café recién hecho. Recoger un poco o hacer comida de más para compartirla y decir: “He hecho esto de comer, ¿te aparto un plato?”
Cartas y postales. Mi marca personal por excelencia. Por mi trabajo, viajar ha sido una gran constante en mi vida. Estar sola con mis pensamientos, hacer cosas sola, visitar lugares sola, y, en especial, estar muy (pero que muy) lejos de la gente que quiero ha sido mi vida diaria desde los 19 años. Esto ha sido clave para averiguar la manera de poder seguir en contacto con la gente que quiero, hacerla sentir especial y hacerles saber que siguen siendo importantes para mí –sin tener que estar pegada al móvil 24/7–: las cartas y postales. Una forma de meditación y dedicación que amo es un proceso que se compone de 3 fases: La primera es la búsqueda o encuentro espontáneo de las tarjetas. Siempre hay una tarjeta que te recuerda a alguien o perfecta para un momento en especial, o si simplemente te gusta, es la indicada. La segunda es buscar un lugar y un momento que te de paz. Nada de móvil, es un momento de parar y desconectar y concentrarse al 100% en lo que estás escribiendo y para quién. La tercera es cerrar el sobre, enviarlo y esperar. Es la parte más mágica (e impaciente).
Organizar cenas, comidas o fiestas. Dedicadas o no a alguna persona o festividad, las “pequeñas excusas” para celebrar y reunir a la gente que quieres. Con fiestas temáticas, con detalles de decoración especiales o incluso hacer una nota personalizada para cada invitado. Son “tonterías” que calan el corazoncito de la gente.

Unas advertencias que os tengo que dar (y es casi más importante que todo lo demás):
No lo hagas para ganarte el amor de los demás.
No lo hagas para esperar algo a cambio. No se trata de una moneda de cambio ni de tí. Se trata de un gesto altruista por amor propio y a los demás.
No lo hagas si ves que no te sientes bien. Si ves que no tiene buen recibimiento o que no te encuentras bien después de hacerlo, no lo hagas. A veces el momento o la persona no son los indicados.
Como habéis podido averiguar, y aunque parezca una gran parafernalia, se necesita muy poco para poder entrenar esa parte de nosotros y ser esa persona que todos necesitamos en un día malo, o incluso en un buen día para hacerlo mejor.
¿Y tú?¿Te gusta hacer algún gesto a los tuyos?¿Cómo le cambias la vida a los demás?
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