VIAJAMOS A JAPON SIN SALIR DE MADRID
- DEW ARIZA

- 20 sept 2024
- 3 Min. de lectura
El otoño ha llegado. La lluvia, el fresquito, las hojas de los árboles cayendo... Todo se convierte en un lugar idílico en el que hacer planes de interior. Como muchas veces hemos hablado tu y yo, aquí, en petit comité, muchas veces buscamos algo más que "tomar algo" a la hora de hacer planes, y más siendo planes indoors. Parece que la única actividad existente en esta ciudad es gastar dinero en comer y beber o quedarte en casa (y gastarte dinero en comer y beber pidiendo comida). Por ello, es el momento perfecto para vivir la experiencia de los nuevos museos–o así los llamo yo–.

El concepto de museo tradicional lo asociamos a silencio, a espacios enormes, con techos altísimos, con un predominio de piedras blancas, mármoles, de respeto. Lugares que impactan e imponen, con sus vigilantes de sala, sus distancias de seguridad, bancos en el centro de salas infinitas. Un espacio casi religioso, en el que el respeto y el decoro son imprescindibles para poder ser privilegiados de participar en ese entorno. Sino, xao.
Esto ha cambiado. A pesar de que siguen existiendo–y su existencia es muy necesaria– los clásicos museos, el mundo (de reels y tiktok) se ha llenado de innumerables, en los que parece que todos compiten por ser el más, da igual de qué. El más instagrameable (aunque esto lo tienen casi todos estos lugares en común), el más diferente, el más interactivo, el más impresionante, el más ¿caro? En cualquier caso, y aunque a veces los considero una manera más de ser el más pedante intentando ser los más guais, hay algunos que creo que nos ofrecen experiencias enriquecedoras, que sí que son divertidos, que aprendes y que no son un mero escaparate para tus fotos.

En mi afán por explorar este reciente mundo que se expande como la pólvora, y que veremos si no desaparece con la misma rapidez, fui a viajar a Japón sin salir de Madrid en mi visita a The Spirit of Japan en NOMAD, un museo dedicado exclusivamente a estas exposiciones inmersivas de las que os hablaba.
The Spirit of Japan, consistía en un viaje interactivo a Japón a través de su arte ilustrativo y sus peculiaridades y características que tanto nos gustan. Se dividía en dos espacios: el principal y el interactivo. En el espacio principal nos encontrábamos la –ya típica– sala llena de proyecciones por todas las paredes y en el suelo, con columnas de espejos y un montón de pufs para poder tumbarte y disfrutar de una experiencia audiovisual digna de una noche de ASMR. En el segundo espacio, la llamada sala de actividades, era un lugar con diferentes actividades en el que poder conocer más de Japón a la vez que sacas tu niño interior. Continuando con esa experiencia relajante, había mesas en las que poder hacer una sesión de coloring, coloreando ilustraciones típicas japonesas, pintar en pantallas digitales enormes o disfrutar de esas ilustraciones que has coloreado de una manera aún más inmersiva con gafas de realidad virtual.

Sin duda fue una tarde diferente en la que mi niña interior fue muy feliz. Sin embargo, pienso que podrían hacer mucho más con lo que tenían, mejorar la experiencia o hacerla más actual. El mundo actual va a unas velocidades casi imposibles y entiendo que es difícil no quedarse atrás en cuestión de segundos, por eso os animo a que seáis vosotros mismos quienes lo juzguéis. Para mí estuvo guay, pero siento que quizás no vale el dinero que pagué (unos 20€).


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