SHOCK CULTURAL EN ESTADOS UNIDOS
- LOLA J. ESPEJO
- 10 jun 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 27 jun 2024
Dew y yo hemos estado una semanita en Chicago y ella ya había vivido allí, pero para mí era la primera vez en EEUU. Ya había escuchado y leído sobre las diferencias culturales, pero me gustaría, ahora que las he vivido en primera persona, exponerlas y con suerte encontraréis alguna curiosidad más.

Vasos gigantes: Me da la sensación de que en Estados Unidos todo es a lo grande. Los edificios, los supermercados, las calles, los coches, las raciones de comida son gigantes y los vasos de refresco también. Si vas al cine, el vaso pequeño es el vaso más grande de España y por la calle verás a todo el mundo con un vaso gigante en la mano. Algo que me asombró era que podías comer y beber en todas partes. En las tiendas, en el transporte público… En Europa (al menos en los sitios en los que he estado) no se podía comer o beber en el bus (aunque siempre hemos metido bebidas a escondidas), aquí pregunté si se podía y me miraron con cara de ¿por qué no se iba a poder, señora? Además, cuando digo que los vasos que llevan por la calle son enormes, y cuando digo enormes digo de un litro, no estoy exagerando. Igual ya los has visto en el Starbucks pero el tamaño de los cafés que toman es una cosa impresionante. Es verdad que el café está muy aguado y a lo mejor tiene la misma cantidad de cafeína que un espresso, pero no deja de sorprenderme.
La seguridad vial es nula: No solo había vehículos de todo tipo que estoy segura de que en Europa no estarían homologados, sino que casi todo el mundo conduce con los auriculares puestos y mirando el móvil descaradamente. Además, según entendí, aunque el semáforo esté en rojo para los coches, si no pasa gente puedes girar, algo así como cuando en España el semáforo está en ámbar para los coches y en verde para los peatones, pero siempre.
La guerra contra el cash: Aunque en España también se usa cada vez más tarjeta y menos efectivo, sigue habiendo sitios en los que te piden un mínimo para pagar con tarjeta o prefieren que pagues en efectivo. Creo que lo de pagar con tarjeta es más porque los jóvenes preferimos llevar menos cosas encima pero que las generaciones anteriores siguen teniendo más apego al efectivo. Incluso sigue habiendo (aunque es cada vez más raro) sitios en los que no aceptan tarjeta, que no solo es algo de España sino que me lo encontré en Londres también hace poco y tuve que ir a un cajero para poder pagar la comida. Aquí (al menos en Chicago, que es donde yo he estado) tienen incrementadísimo el uso de la tarjeta, no me ha hecho falta efectivo en ningún momento. En la mayoría de sitios, de hecho, pone: “no aceptamos efectivo” y escuché un par de conversaciones de “Vaya, este es otro sitio en el que se unen a la guerra contra el cash”... Supongo que será por control financiero, pero solo sé que no he necesitado sacar efectivo en ningún momento.

Carteles de prohibido armas: En todos los centros comerciales y en algunos establecimientos (no en todos, ojo) había carteles de prohibido armas, pero lo que me pareció más increíble fue que en el aeropuerto, cuando íbamos a pasar el control de seguridad para irnos, al lado del cartel de poner los líquidos y cremas en bolsas y que sean de menos de 100 ml y tal, había un cartel que ponía algo así como “A partir de aquí no puedes pasar con armas”, por si quedaba alguna duda… En plan “No, esa pasta de dientes tiene más de 100 ml tienes que dejarla, pero la pistola es bienvenida.
Kit contra hemorragias: Al igual que en España podemos encontrar extintores o desfibriladores en los centros comerciales o museos, en nuestra visita al Museo de Historia Natural nos encontramos con un kit contra hemorragias, en caso de que… No sé, te peguen un tiro viendo la sección de dinosaurios y tengas que hacerte una transfusión de emergencia.

Capitalismo llevado al extremo: El capitalismo se respira. En todas partes a donde vayas está la opción cara y la opción de pobres (no digo barata porque barato no hay nada). ¿Os acordáis de cuando podíamos llevar maleta de mano gratis a los aviones y se embarcaba según la fila que tenías? Y ahora tienes que pagar si quieres llevar algo más que una mochila y embarcan primero los que pagan más. También recuerdo que las primeras veces que volé con Norwegian tenían wifi gratis y ahora tienes que pagarlo. Y siempre pienso ¿Por qué limitan los recursos si están ahí y podríamos estar usándolos todos? Pues en EEUU tenía esta sensación con todo.
Los museos están organizados de forma diferente y es increíble pero hasta aquí ha llegado el capitalismo extremo del que ya os he hablado, y es que creo que está tan interiorizado que se puede ver incluso en cómo consumen la cultura, no sabría bien explicaros por qué pero tenía ese pensamiento durante toda la visita. Ya lo pensé hace años cuando fui al Royal Ontario Museum y lo volví a sentir en el Museo Field de Historia Natural en Chicago. La conclusión a la que llego es que los museos en Europa están mejor pensados. Tienes carteles por todas partes mostrándote las diferentes secciones y están ordenadas de una forma medianamente coherente. Lo que me he encontrado en los museos norteamericanos que he visitado es que no están nada bien señalizados, si no llevas un mapa es imposible encontrar las diferentes secciones y a veces no tienen distinción y vas de una sección a otra sin darte ni cuenta ni saber dónde estás. También tenían varias partes que sólo puedes ver pagando entrada aparte (bastante cara además) o atracciones dentro del museo en las que sólo puedes participar pagando, aunque ya hayas pagado por la entrada “general”.
La comida es súper sabrosa y sabe diferente. Ya había escuchado que la Coca-Cola sabía diferente, y es verdad. Aunque había ido en Europa a restaurantes con comida estadounidense no sabía igual, no sé si será porque hay conservantes o potenciadores de sabor que aquí están prohibidos. Lo que más me ha gustado ha sido el cheddar. Todas hemos probado la típica cheeseburger con cheddar americano y no tiene nada que ver, es como mucho más sabroso y la textura es mucho más melosa.
La fruta y verdura es carísima y en los restaurantes no suele ser una opción. Creo que no tienen tan introducida la fruta y verdura en su gastronomía. Acostumbrada a la dieta mediterránea, donde puedes pedir mil ensaladas y donde el postre suele incluir fruta, todo lo que comimos fue frito, hamburguesas y más cosas del estilo y aunque también me gusta este tipo de comida, me estaba muriendo por comerme una ensalada. Es verdad que si vas a un restaurante de comida mediterránea, o sea italiana, griega o algo del estilo tendrás opciones, pero sino, como mucho encontrarás una ensalada césar, que sí, es una ensalada, pero tiene pollo frito, pan frito, salsas y quesos, o sea que pierde un poco la frescura que busco como fan de la ensalada.
En resumen, no he tenido ningún shock cultural súper fuerte porque al final la globalización y el hecho de que gran parte del contenido audiovisual que nos llega sea estadounidense, hacen que ya conozcamos muchas de estas cosas, pero quería compartiros las pequeñas cosas que me parecieron extrañas de alguna forma. Por último, añadir que he estado en una ciudad que se supone que es la más limpia y caminable de Estados Unidos, supongo que tendría que ir a la EEUU profunda o a alguna otra ciudad para ahondar más en el asunto, quizás en un futuro lo haga.
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